Los niñ@s que se encuentran en situación de calle viven procesos de fracaso y exclusión escolar; de desorganización familiar con padres negligentes y de malos tratos con consecuencias expulsoras. En estas circunstancias, la calle constituye para ellos un nuevo escenario de socialización, que termina con los vínculos con las familias de origen y el entorno comunitario próximo, y que les instala nuevas formas de socialización, evasivas a la reinserción, generando vínculos con adultos que obtienen provecho de su condición. De esta forma, tienen lugar prácticas de explotación sexual, consumo de drogas, y asociación delictual.
La intervención en este ámbito combina el trabajo ambulatorio de acercamiento a la realidad de los niños, niñas y adolescentes en situación de calle y el recurso residencial, como espacio protector alternativo, con miras a la ejecución de acciones en los planos individual, social, educativo, psicológico y legal, concibiendo el proceso como una integralidad.
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