Millones de niños en el mundo trabajan en condiciones que son un obstáculo para su educación, su desarrollo y su porvenir. Muchos de ellos están ocupados en las peores formas de trabajo infantil, las que les causan daños físicos y psicológicos irreversibles e incluso ponen en peligro sus vidas. Esta situación es una violación inaceptable de los derechos del niño, perpetua la pobreza y compromete el crecimiento económico y el desarrollo equitativo.En Chile hay más de 196 mil niños y adolescentes trabajadores, de los cuales poco más de 107 mil lo hace en condiciones inaceptables.
Ellos se ven afectados por dos o más de estas características: no han cumplido la edad mínima de admisión legal al empleo de 15 años, no asisten a la escuela, trabajan en la calle, de noche o por más tiempo que la jornada legalmente establecida para todos los trabajadores. Son niños y adolescentes que se ven seriamente limitados en el ejercicio de sus derechos a la educación, recreación, salud física y mental. Tampoco crecen en un ambiente de cariño ni de protección, lo que limita las oportunidades de progreso y desarrollo.En Chile, como en otras partes del mundo, el trabajo infantil y adolescente se explica por la necesidad que tienen familias muy pobres de asegurar la subsistencia.
Algunas de ellas presentan problemas de desintegración de sus hogares, abandono por parte de alguno de los padres, violencia intrafamiliar, alcoholismo e incluso drogadicción. En estos casos, el trabajo infantil y adolescente no es sino la expresión más visible de una realidad social ligada a una miseria aún más profunda que la sola falta de ingresos.
También hay otra realidad, niños y adolescentes que apoyan a sus familias en sus actividades productivas, y contribuyen así a mejorar los ingresos familiares. Habitualmente, ello ocurre en condiciones de mayor armonía familiar y se asocia al aprendizaje de un oficio que puede ser desempeñado a futuro.Sin embargo, en muchos de estos casos, el trabajo infantil y adolescente involucra largas y agotadoras jornadas de trabajo, inadecuadas para niños y adolescentes, y se constituye en un obstáculo para una normal inserción educacional y social.
En otros, las labores se desarrollan en la calle, durante la noche o en ambientes peligrosos.Para avanzar en el objetivo de erradicación del trabajo infantil, se ha llevado a cabo una serie de acciones y proyectos como: seminarios, campañas de sensibilización, actividades de capacitación, estudios sobre el tema, entre otros.
Estas se han realizado con el Gobierno, empresarios, trabajadores, sociedad civil, organismos internacionales como Unicef y OIT.Nuestro país participa de una serie de convenios internacionales y leyes propias que protegen a los niños y adolescentes y nos comprometen a erradicar el trabajo infantil y sus peores formas. En este sentido, Chile ha ratificado el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que expresamente establece que debe protegerse a los niños, niñas y adolescentes contra la explotación económica y social.Estando igualmente en contra del empleo de niños en trabajos nocivos para la salud y moral, o en las cuales peligre su vida o se corra el riesgo de perjudicar su desarrollo normal.
Viernes, 30 Marzo 2007 / 11:15
PARA OBTENER ESTA INFORMACIÓN SE HIZO UN RESUMEN REVISANDO LAS SIGUIENTES PAGINAS DE INTERNET:
No hay comentarios:
Publicar un comentario